Por Eugenio Severín, Director Ejecutivo de Tu clase, tu país.
Sin duda la primera prioridad frente a la pandemia es de salud y salubridad. Debemos garantizar que todos los ciudadanos cuentan con la mejor protección posible, que el personal sanitario y médico cuenta con los recursos y protocolos apropiados y que las comunicaciones son oportunas y claras para orientarnos en tan difícil contexto. Lo anterior no debiera distraernos de la relevancia fundamental que tiene la educación en un momento de crisis. En primer lugar, como el espacio donde podemos mantener un flujo permanente de comunicación y aprendizaje con la enorme mayoría de las familias de Chile, precisamente como mecanismo para transmitir recomendaciones, normas de cuidado y acciones de prevención. Pero tan importante como lo anterior, es hacer todo lo que sea posible para garantizar la continuidad de los procesos de aprendizaje en todos los estudiantes. El efecto de una interrupción puede ser complicados para jóvenes universitarios o de enseñanza media, pero a medida que bajamos en la edad, pueden ser devastadores. Tres ocuatro meses pueden hacer diferencias enormes en niños y niñas en etapas de educación temprana. Tenemos la responsabilidad ética, como país, de poner todos nuestros esfuerzos en no seguir sumando inequidades. Lo primero que creo importante es asumir la complejidad del contexto que enfrentamos. Mientras en el hemisferio norte ya se ha asumido que todo el primer semestre de este año no habrá clases presenciales, nosotros seguimos con la información oficial de clases suspendidas hasta el 27 de abril. Seguir sosteniendo esa fantasía impide que muchas escuelas asuman las tareas de mediano plazo en las que debieran estar para garantizar la continuación de su trabajo. Por supuesto que, en el contexto de edificios escolares cerrados, la educación en línea se ha transformado en el único mecanismo viable y el Ministerio de Educación debiera tomar un papel mucho más activo que el de proponer un portal de contenidos útiles pero limitados. Por lo pronto, asegurar que más portales y plataformas educativas están disponibles para los estudiantes y sus maestros, activar acuerdos con las compañías de telecomunicaciones para que los planes de datos permitan el acceso libre a esos contenidos y oportunidades. Sobre todo, tomar acción decidida de apoyo a los estudiantes que tengan dificultades, por ejemplo, prestando computadores y tablets que están hoy en las escuelas, a estudiantes que no cuentan con dispositivos, para que, en lugar de acumular polvo en los próximos meses, sean verdaderos instrumentos de apoyo al aprendizaje. La educación en línea masiva que muchas escuelas ya están implementando, y otras deberían hacerlo rápidamente, no es fácil. Se trata de una experiencia inédita que requiere que apoyemos a los docentes y a los estudiantes, pero también a las familias, de manera que podamos al mismo tiempo, apoyar la continuidad del aprendizaje sin agregar nuevas angustias y tensiones a una convivencia que ya tiene suficiente de ello. Apoyar a los docentes con formación, recomendaciones de uso, buenas prácticas, debiera ser tarea central de la autoridad y de todas las empresas, fundaciones y organizaciones que trabajan en educación. Particular relevancia tienen las orientaciones sobre los contenidos a proponer y la forma de la evaluación. No parece posible sostener una mera trasposición a plataformas digitales en línea de lo mismo que se habría hecho en clases presenciales. Requeriremos gran sabiduría para distinguir lo esencial de lo accesorio, para establecer focos esenciales de aprendizaje y proponer estrategias innovadoras de acompañamiento y retroalimentación de los estudiantes. Enfrentamos condiciones extraordinarias, que requieren lo mejor de nuestra creatividad y compromiso. Por lo mismo, las respuestas no siempre serán oportunas ni perfectas. Lo deberemos seguir intentando, con paciencia y comprensión de todos. Pero no tenemos alternativa. La educación no tiene cuarentena.
Muy lejos de la realidad país está este reportaje. Tengo apoderados que perdieron el trabajo, no tienen los recursos y menos las ganas de enseñar.
Demasiado individualista a mi parecer , en una tercera guerra mundial, estaríamos preocupados de la educación y que se pierda el año?
Hoy fui a hacee tramites y filas gigantescas de adultos en los bancos, creen que ellos llegarán a educar cuando sus prioridad son otras en estos momentos.
Lea las redes sociales, apoderados c2, c3 y D no les complica perder el año escolar.
Un artículo que no refleja toda la realidad de un país.
Eugenio, muchas gracias por el artículo. Muy real de lo que estamos viviendo como COMUNIDAD escolar. Ha sido difícil, harto cansador pero una tremenda oportunidad de aprendizaje, flexibilidad y empatía con nosotros mismos y con las alumnas.
El temor inicial a lo desconocido, a que las plataformas se caigan, a no hacerlo bien en este nuevo escenario, de a poco va pasando. Como parte de la dirección el trabajo ha sido la evaluación constante de los procesos y la readecuación de ellos. Los profesores se han convencido que esto no significa replicar la sala de clases.
Me alegra y tranquiliza saber que vamos en el camino correcto, aunque quizás lejos de lo óptimo.
Hola Eugenio:
Me parece bastante aterrizado su articulo, especialmente, con respecto a las sugerencias que hace ,para generar acciones que incorporen a familias vulnerables de nuestro país y que en mi establecimiento, constituyen más del 80% .
excelente
Efectivamente, lo expuesto es cierto, cuando estábamos empezando a generar estos lazos digitales, cuando los profesores estaban tomando el ritmo de trabajo, cuando empezábamos a generar comunicaciones efectivas … llegan las vacaciones de invierno … lamento el comentario pero es cierto, queda interrumpido este gigantesco esfuerzo que hacemos desde nuestros hogares, todos los que queremos colaborar en un momento critico … gracias.
Admirable la capacidad que han tenido los profesores y profesoras, que junto con el equipo directivo han asumido este desafío de enseñar y a prender de manera no tradicional.
Muy bueno el artículo y muy mal las “vacaciones de invierno” ahora que estábamos muy empoderados de las tecnologías
bien dicho….por lo general a nosotros los profesores se nos considera de forma mas expuesta, dispuestos a sacrificar todo, recuerdo el tsunami, se olvidaron que muchos…hoy debe teníamos familias cerca del mar, …..hoy hemos hecho turnos éticos, se nos amenaza con un regreso a clases como si nos condenaran al virus, a exponernos, no nos vacunan contra la influenza, se olvidan que tenemos padres mayores, hijos, esposas….
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La educación diga , inclusiva y de calidad para todos es la consigna, pero hoy veo que se conforma con el paso de los días, de ha vuelto un escenario complejo que me cuestiona frente a cuál es en este momento el real propósito de aquel docente que pasa horas junto a los hijos e hijas de otros intentando en situaciones muchas veces precarias tratar de sacar adelante una clase , hoy siento necesario el preguntar cómo están? Que sienten? Y luego dar paso a la entrega de una clase que ojalá pudiera ser accesible para todos , entreguen computadores, tablets y ojalá medios en que todos puedan acceder y así quizás disminuir la brecha que si antes existía en la calidad de la educación , hoy se convierte en una brecha arraigada en las posibilidades económicas y de accesibilidad , la comunidad educativa y el ministerio de educación deben como garantes de este derecho , buscar prontamente soluciones y no lanzar vacaciones cuando se estaban empezando a dar los primeros signos de adaptación al proceso online.
Estimado Eugenio:
Estoy totalmente de acuerdo tus comentarios.
Eso sí, hay que insistir en la problemática que tienen algunos colegios municipalizados o particulares subvencionados. Lo veo acá en Concón, nada de clases online o lo mínimo. Diferencia enorme, con los que sí, lo pueden hacer.
si bien estoy de acuerdo con su análisis, no puedo estar de acuerdo en su solución. La educación si esta en cuarentena. No es sólo la búsquedas de estrategias que aseguren el proceso de aprendizaje, sino que es asumir una situación extraordinaria por su adversidad. Los niños están encarcelados en sus casas, un porcentaje altísimo en condiciones infrahumanas para el aislamiento, ninguna vivienda moderna consideró el encierro continuo durante 6 meses que es lo que durará esta pandemia. La mayoría no tiene los recursos e implementar estrategias a distancia no es un proceso que se haga en un par de semana. Lo más sensato, para el bienestar de todos, es la suspensión de clases absoluta, superada la crisis se pensará en remediales, pero forzar estos procesos, sólo es un desperdicio de recursos y acarrea más problemas que soluciones
descarados y antihumano las autoridades hacer de las vacaciones su uso en en un momento tan irracional y disturbiado en medio de momentos de preocupacion de todas las familias de nuestro pais para no caer en la mortalidad de alguno de nuestros miembros,nuevamente los ineptos del ministerio ” miando fuera del texto” dicho popular con gran valencia .
Buen texto, coincido en que ha sido un trabajo arduo de parte de todos los docentes. No exento del temor a saber si el material elaborado llegará a nuestros chicos con la misma calidad y de buena forma.
También les ha significado un problema a nuestros padres y apoderados, quienes deben conjugar el teletrabajo con el apoyo a sus hijos en plataforma.
Muy de acuerdo, no basta con delegar guías y trabajos sin sentido, si no priorizar las habilidades fundamentales o repasar contenidos en donde los alumnos ya tienen conocimiento.
Hacer presencia por medio de mini tutoriales a nuestros alumnos y apoderados. Monitoreo y organizar el trabajo dándole un objetivo de aprendizaje.