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Por mucho que intentemos evitarlo, a veces hacemos suposiciones, incluso en un campo tan preciso y disciplinado como la educación. Las creencias que tenemos acerca de cómo debemos actuar en la sala de clases o cómo deben comportarse los estudiantes a veces pueden nublar nuestra visión, impidiéndonos ver quién está delante de nosotros.
Afortunadamente, si somos conscientes de estas suposiciones, podemos trabajar para contrarrestarlas. Por eso, te dejamos las 3 suposiciones más dañinas sobre la enseñanza que pueden afectar seriamente nuestra práctica docente y, por lo tanto, la oportunidad de un estudiante para aprender algo valioso.
1. Este contenido ya lo vimos ¡no lo repetiré!
A menudo, los docentes que enseñan a muchos estudiantes diferentes pueden cometer el error de pensar que todos responderán al contenido de la misma forma. Sin embargo, nuestros estudiantes y sus estilos de aprendizaje son tan diversos y únicos como podamos imaginar. Por eso, no te desanimes si un estudiante no recuerda un contenido, aunque ya lo hayas enseñado.
Previsualiza la unidad, mantén notas de resumen y confía en que una vez vuelvas a enseñarla vendrá el reconocimiento.
2. Los niños ya deberían saber esto
Como docente, a menudo encontrarás que conceptos que pensaste serían fáciles para los niños son cosas que se les escapan. En este punto, jugar el juego de “quién tiene la culpa” es infructuoso. Echar la culpa a los docentes anteriores, a los padres, a su situación de vulnerabilidad no servirá de mucho. El punto en cuestión es ¿qué harás al respecto?
Primero, evita señalar con el dedo y lanzar culpas, porque en este momento tu único trabajo es enseñar a los niños lo que necesitan para mejorar sus aprendizajes. Determina que es lo que tus estudiantes necesitan, en este momento, aquí y ahora.
3. Debería hacer las cosas mejor en mi sala
Al hablar de vocación estamos de acuerdo que la de enseñar es una de las más importantes. Por eso, como docentes es fácil ser muy críticos con nosotros mismos. Además, entre las directivas, nuestros colegas y alumnos, hay muchos ojos sobre nosotros todos los días.
La clave aquí es abrazar el camino del desarrollo profesional como uno no lineal. El impulso de crecer y servir mejor a los estudiantes es digno, pero el camino hacia una enseñanza efectiva no es una línea recta sino una curva de aprendizaje que te ayudará a ser un mejor docente.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]