Según expertos y últimos estudios de la OMS, se recomienda que los más chicos no interactúen con el teléfono ni con ninguna otra pantalla al menos hasta los dos años.
Los niños y su interacción con el teléfono celular es un tema que se ha convertido en una de las preocupaciones más actuales de los profesores y padres. Esto debido principalmente al creciente desarrollo de las nuevas tecnologías. Hoy es cada vez más común encontrar en las piezas de los niños televisiones, teléfonos celulares, tablets, consolas de videojuegos, entre otros. Son la generación de las nuevas tecnologías.
Ya el año pasado la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría, advirtieron con campañas restringir el uso prolongado de los móviles y tabletas. Y este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó, por primera vez, recomendaciones sobre el tiempo que los niños pequeños pueden pasar viendo la televisión o jugando con un celular, además de cuánto ejercicio físico deben hacer y cuántas horas deben dormir.
Para los niños entre 3 y 5 años, la OMS aconseja que el tiempo consagrado a las pantallas no debe ir más allá de una hora. Junto a eso, al menos recomienda 180 minutos de actividad física variada. Además, la OMS distingue entre el tiempo que el niño pasa solo, frente a una pantalla, y el tiempo que pasa haciendo alguna actividad tranquila, pero acompañado de una persona adulta, lo que llaman tiempo de calidad.
“El tiempo sedentario tiene que convertirse en tiempo de calidad. Leer un libro con su hijo, por ejemplo, les puede ayudar a desarrollar sus habilidades de lenguaje”, explica Juana F. Willumsen, coordinadora de la OMS para la obesidad infantil.
Para los niños de entre 6 y 10 años los expertos recomiendan que el tiempo de pantallas no una hora y media y ojalá siempre con un adulto supervisando y nunca nunca en horas de comidas. “Esto mejorará su salud física y mental y su bienestar, y ayudará a prevenir la obesidad infantil y las enfermedades asociadas más adelante”, asegura la directora del Programa de Vigilancia y Prevención de Enfermedades No Transmisibles de la OMS, Fiona Bull.
¿Y en la sala de clases?
Chile es un país donde existen más celulares que habitantes y las nuevas generaciones son esencialmente nativos digitales, por lo tanto el celular es un instrumento que ellos usan en su vida cotidiana. Sin embargo, hay que saber cómo incluirlos en las salas de clase para que estos sean un aporte antes que un motivo de distracción.
Para Eugenio Severin, Director Ejecutivo de Tu clase, Tu país, los celulares son parte natural del paisaje y la actividad de los ciudadanos del siglo XXI por lo que no tiene sentido prohibirlos en las salas. “Hay momentos de la clase en que pueden ser un tremendo aporte y otros en que no, en que la experiencia privilegia el trabajo en grupo o la lectura o la atención de una exposición. Ni siempre, ni nunca. Depende del diseño que propone el docente”, opina el experto.
Así mismo, si bien los teléfonos celulares pueden ayudar a fomentar la participación al ofrecer diferentes canales de interacción, también pueden conducir la desconexión de actividades cara a cara. Aprender a trabajar junto con los demás es una parte importante del aprendizaje.
En Chile no existe ninguna medida oficial sobre el uso del celular al interior de la sala de clases, por lo que cada alumno debe guiarse según el reglamento del colegio.